Rápidamente se encontró aconsejando a las familias que venían por alimentos, dirigiéndolosa lugares en los cuales conseguir refugio y ayudando a varios hombres a encontrar trabajo. Los encargados del programa le dijeron que tenía talento para trabajar con la gente y lo animaron a desarrollarlo.
A los cuarenta y tres años de edad, Luis sintió que había llegado el momento de devolverle algo a la comunidad, por lo cual se enroló como voluntario en un programa para alimentar a los que carecían de un techo en las calles.
Rápidamente se encontró aconsejando a las familias que venían por alimentos, dirigiéndolosa lugares en los cuales conseguir refugio y ayudando a varios hombres a encontrar trabajo. Los encargados del programa le dijeron que tenía talento para trabajar con la gente y lo animaron a desarrollarlo.
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“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”. Salmos 84: 1, 2
Mi hijo Uziel ahora tiene casi veinte meses y cada día me sorprende con cosas nuevas, es una esponjita que absorbe todo lo que ve y oye de su alrededor. No te imaginas como Dios me ministra a través de la vida de mi hijo, a pesar de tener una corta edad Dios me hace ver el amor que el tiene para mi, así como yo lo tengo para mi hijo. Hay tres formas de hacer sufrir y llorar a una madre. Además de la más elemental, que sería atacarle a ella directamente: golpeándola o insultándola, hay otras dos en las que le podemos hacer sufrir igualmente. Una de ellas es hacer algo malo a mi hermano. Si yo le doy una paliza a un hermano mío, y mi madre se entera, le dolerá incluso más que si le maltrato a ella.
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April 2014
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